lunes, 24 de marzo de 2014
Familia
Celebro mi unidad con todas las personas. En la niñez, puede que mi noción de familia no haya ido más allá de mis parientes. En algún punto de mi vida, quizás haya ampliado mi concepto para incluir a amigos y miembros de mi comunidad espiritual. Tal vez también haya considerado a mis vecinos y a las personas que comparten mis intereses como parte de mi familia. Ahora, en mi comprensión de Dios, veo que soy uno con toda manifestación de vida. Experimento mi unidad con toda la humanidad. Siento un parentesco con quienes comparten mis creencias —y con quienes no. Incluyo a todas las personas en mi círculo de respeto, honor y cuidado. Acepto a todo el mundo como mi familia.
Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.—Romanos 12:5
-La Palabra Diaria
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