Un obstáculo que se presenta justo frente a ti podría parecer complicado e inhibirte. Y una vez que lo hayas dejado atrás podrás preguntarte por qué alguna vez dudaste enfrentarlo.
¿Hay algún desafío asomando en tu horizonte, y que aparenta ser insuperable? La buena noticia es que no es ni por asomo tan difícil como inicialmente parecía.
Sin embargo, la única manera de tener la plena certeza será plantándote ante él y enfrentándolo cara a cara. Una vez que empiezas a hacerlo, empiezas también a fortalecerte y mientras lo haces, el desafío se va haciendo más manejable.
Si te escondes y te encoges de miedo al enfrentar una situación complicada, tu respuesta sólo hará que se vuelva más complicada aún. Tomando la decisión de avanzar con confianza, te elevas a un nivel más alto de desempeño.
A medida que enfrentas las dificultades, tu sabiduría, fortaleza y efectividad crecen hasta alcanzar el nivel que la situación demanda. Y todo el tiempo habrás estado creando valor, real y duradero.
Aunque el desafío se vea grande y atemorizante, recuerda que bien vale la pena el esfuerzo que te lleva al otro lado. Porque una vez que te acostumbres a buscar y enfrentar desafíos, puedes podrás ir a cualquier lugar que decidas.